miércoles, 19 de octubre de 2011

Mitología de los sólidos platónicos segun Platón.

Platón le asignó a cada uno de los 5 sólidos platónicos un elemnto fundamental de la naturaleza;
Al tetraedro: el fuego.
Al octaedro: el aire.
Al cubo: la tierra.
Al dodecaedro: las constelaciones.
Al icosaedro: el agua.

Nos preguntaremos... ¿Qué representa cada uno?
 ¡Aquí viene la respuesta!

1) Tetraedro: representa la conciencia del fuego y es símbolo de sabiduría al vincularse con el fuego sagrado, que es el primer elemento.
2) Cubo o hexaedro: representa la conciencia de la Tierra, es la experiencia de lo que ha nacido en la naturaleza, es la manifestación en el mundo concreto.
3) Octaedro: representa el aire y simboliza la perfección de la materia por medio del espíritu.
4) Dodecaedro: representa el quinto elemento -éter-aire-prana-chi. Es considerado la manifestación del poder femenino de la creación bajo la forma Madre.
5) Icosaedro: es la conciencia del agua y representa la semilla de la vida, la forma del universo; es el principio masculino.



miércoles, 5 de octubre de 2011

Los poliedros arquimedianos.

Los poliedros arquimedianos, o poliedros semirregulares de Arquímides, son, como los sólidos platónicos, objetos convexos cuyas caras son polígonos que tienen lados y ángulos iguales.Sin embargo, en el caso de estos poliedros, las caras son de distintos tipos.
Arquímides describió, por ejemplo, el poliedro formado por 12 pentágonos y 20 hexágonos (parecido a un balón de futbol) y otros 12 similares. En torno a los vértices de estos sólidos, los polígonos aparecen siempre en la misma secuencia (por ejemplo hexágono-hexágono-triángulo)
Se han perdido los escritos originales de Arquímides que describían los 13 poliedros semirregulares; sólo los conocemos por fuentes indirectas. Durante el Renacimiento, los artistas reconstruyeron todos los poliedros arquimedianos, salvo uno.
En 1619, Kepler dio a conocer todo el conjunto en su libro "Harmonices Mundi" (Las harmonías del mundo). Los poliedros arquimedianos pueden describirse usando una notación numérica que indica las figuras que rodea cada vértice. Por ejemplo, 3,5,3,5 designa el poliedro en cuyor vértices aparece un triángulo, un pentágono, un triángulo y un pentágono, en ese orden. Con esa notación tenemos los siguientes poliedros arquimedianos: 3,4,3,4 (cubotaedro); 3,5,3,5 (icosidodecaedro); 3,6,6 (tetraedro truncado); 4,6,6 (octaedro truncado); 3,8,8 (cubo truncado); 5,6,6 (icosaedro truncado, o pelota de fútbol); 3,10,10 (dodecaedro truncado); 3,4,4,4 (rombicuboctaedro); 4,6,8 (cuboctaedro truncado); 3,4,5,4 (rombicosidodecaedro); 4,6,10 (icosidodecaedro truncado); 3,3,3,3,4 (cubo romo, o cuboctaedro romo) y 3,3,3,3,5 (dodecaedro romo, o icosidodecaedro romo).
El icosaedro truncado, de 32 caras, resulta particularmente fascinante. La forma de los balones de fútbol está basada en este sólido arquimediano, y también fue la forma utilizada para tallar las lentes que concentraron las ondas de choque de los detonadores de la bomba atómica (conocida como "fatman") que explotó en Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial. En la década de 1980 los químicos lograron crear el balón de fútbol más pequeño del mundo, una molécula de carbono con 60 átomos en los vértices de un icosaedro truncado. Estas nanoestructuras, conocidas como "bucky balls", resultan fascinantes por sus propiedades químicas y físicas, y son utilizadas en diversas aplicaciones que van desde los lubricantes hasta tratamientos contra el SIDA.

¿Quién es Platón?

Platón (en griego: Πλάτων ) (ca. 428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) fue un filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, de familia noble y aristocrática. Platón (junto a Aristóteles) es quien determinó gran parte del corpus de creencias centrales tanto del pensamiento occidental como del hombre corriente (aquello que hoy denominamos "sentido común" del hombre occidental) y pruebas de ello son la noción de "Verdad" y la división entre "doxa" (opinión) y "episteme" (ciencia). Demostró (o creó, según la perspectiva desde la que se analice) y popularizó una serie de ideas comunes para muchas personas, pero enfrentadas a la línea de gran parte de los filósofos presocráticos y a la de los sofistas (muy populares en la antigua Grecia) y que debido a los caminos que tomó la historia de la Metafísica, en diversas versiones y reelaboraciones, se han consolidado. Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos. 

Los sólidos platónicos.

Un sólido platónico es un objeto tridimencional convexo cuyas caras son polígonos idénticos con todos los lados y todos los ángulos iguales. Además, en todos los vértices de un sólido platónico confluyen el mismo número de caras. El caso más conocido de sólido platónico es el cubo, cuyas caras son 6 cuadrados idénticos.
Los antiguos griegos demostraron que sólo existen 5 sólidos platónicos: el tetraedro, el cubo, el octaedro, el dodecaerdo y el icosaedro. El icosaedro, por ejemplo, consta de 20 caras, cada una de las cuales es un triángulo equilátero.
Platón describió estos 5 sólidos alrededor del año 350 a. C. en su obra "Timeo". Su belleza y simetía le sobrecogieron, y no sólo eso: creía que estas formas representaban las estructuras de los 4 elementos fundamentales que componen el cosmos. Para Platón, el tetraedro era la forma que representaba al fuego, tal vez debido al aspecto afilado de sus aristas. El octaedro era el aire. El agua estaba formada por icosaedros, menos angulosos que el resto de los sólidos platónicos. La tierra se componía de cubos, de apariencia sólido y firme. Platón decidió que Dios se servía del dodecaedro para organizar las constelaciones celestes.

Pitágoras de Samos, el famoso matemático y místico contemporáneo de Buda y de Confucio en torno al año 550 a. C., conocía seguramente 3 de los 5 sólidos platónicos (el cubo, el tetraedro y el dodecaedro). Se han descubierto versiones ligeramente redondeadas de estas figuras, hechas de piedra, en áreas habitadas por los últimos habitantes neolíticos de Escocia, al menos mil años antes de Platón. El atrónomo alemán Johannes Kepler (1571-1630), en un intento de describir las órbitas de los planetas alrededor del Sol, construyó modelos de los sólidos platónicos que podían encajarse unos dentro de otros. Aunque las teorías de Kepler no eran correctas, fue uno de los primeros científicos que insistió en buscar explicaciones geométricas a los fenómenos celestes.